miércoles, 21 de enero de 2009

Tuenti y Facebook..¿Armas de destrucción de imagen?

Aun recuerdo cómo fue mi incursión en el universo Tuenti (universo porque es totalmente increible el número de personas que se han inscrito en esta red social). Una mañana mi amiga Marta me habló de ello, de sus posibilidades, de etiquetar fotos...a mi, si soy sincero, todo aquello me sonó a chino, pero sea como fuere me creó una cuenta. Con el tiempo y grandes dosis de aburrimiento me lancé a descubrir que era aquello del Tuenti. Comprendí las posibilidades que una red social tenía y animé a todo el mundo conocido a hacerse una cuenta. Todo esto pasó en octubre de 2007. A día de hoy, no hay ser humano de edad comprendida entre los 16 y los 23 años que no tenga una cuenta en Tuenti. El calado social que ha alcanzado supera cualquier estadística. Pero tiene un contrapunto no muy positivo: crea adicción. Difícil es conocer a alguien que logre no entrar teniendo un ordenador cerca. Y eso no es todo. Las fotos que se suelen publicar en la red social más mayoritaria en España hacen un flaco favor al protagonista, ya que es clara la tendencia a subir imágenes de momentos festivos en los que uno está más pendiente de pasarlo bien que de futuras vergüenzas de domingo.

El caso del Facebook es más curioso si cabe. Esta red permite un mayor número de acciones y actividades al usuario y, a pesar de eso, es muchísimo más inaccesible. A este que escribe le costó Dios y ayuda entender todas las funciones de Facebook y a día de hoy no podría afirmar que mi manejo es totalmente fluido. No obstante, Facebook ejerce de "red social responsable", siendo bastante más seria que Tuenti. Un lugar ideal para tener de amigos a los compañeros de trabajo, a familiares, etc. Cosa seria.

Sin lugar a dudas, tanto Tuenti, como Facebook como las demás redes sociales creadas (Keteké, Orkut, etc) suponen un gran avance en lo que se refiere a comunicación entre personas. Pero ante estos fenómenos tan recientes siempre procuro mantener una pizca (aunque solo sea) de duda. No es oro todo lo que reluce, y no se si conocer demasiado a todo el mundo puede ser "oro". Nací un poco introvertido, que le vamos a hacer.

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